2020
Desde el día 6 hasta el 24 de julio se ha llevado a cabo la ya tradicional campaña de excavación en el yacimiento arqueológico del Puig de la Misericòrdia, que tenía como objetivo terminar de excavar los niveles del siglo VI a.C. correspondientes al edificio fortificado, sacando a la luz todas las estructuras arquitectónicas interiores del mismo.
Para ello se planteó excavar tres recintos, dos de ellos afectados por la cimentación de la cruz en una pequeña parte, y el otro correspondía al que se había identificado como el de mayor superficie. En los dos primeros se identificó todo el nivel de derrumbe entre el que se encontraban los hogares que en su tiempo estuvieron situados en la primera planta. Por debajo del nivel de pavimento correspondiente al momento cultural del Ibérico Antiguo se atestiguaron otros niveles muy destruidos de etapas históricas anteriores, concretamente del Hierro Antiguo y a la espera del estudio de los materiales para su confirmación, también del Bronce Final. Estos dos fases se encontraban sobre la roca natural de la cima de la colina. Ambos recintos pertenecían a una misma unidad arquitectónica ya que se encontraban comunicados entre si por una puerta. A su vez ambos estaban comunicados inicialmente con otra estancia que fue excavada en la campaña anterior, no obstante, la puerta con la que se comunicaban en un momento determinado se tapio redistribuyendo el acceso a las diferentes estancias.
Aprovechando el bloque de hormigón de la cimentación de la cruz se ha dejado un corte estratigráfico en donde en un vistazo vemos 2700 años de la historia del lugar, ya que se pueden apreciar los restos de la cruz de 1964, los de la cruz del 1913, niveles y paredes del siglo II a.C., los niveles del siglo VI a.C. y los del siglo VII a.C. encima de la roca.
La tercera estancia excavada es la de mayor superficie de todo el edificio, posiblemente fue un espacio abierto con un porche, tal y como podría denunciar una base de columna. Este espacio que presenta un suelo de tierra endurecida por el uso tenía un horno del que se desconoce su función, si era para productos domésticos o para una producción artesanal, no se han encontrado indicios que puedan indicar su uso. También presenta junto a la puerta de acceso una escalera que daría paso a las estancias de la planta superior y posiblemente a las bocas de dos silos si se confirma este uso para dos estancias que no presentan acceso por sus paredes periféricas.
Se ha procedido también a excavar una zona del pasillo que conecta diferentes estancias, en ella se ha localizado un suelo del siglo VI a.C. y restos de un enlosado y de paredes del siglo VII a.C. Entre los hallazgos de esta zona cabe destacar el de un capazo o estera trenzada con esparto. Este tipo de elementos no son frecuentes en los registros arqueológicos, por lo que resulta de sumo interés el haber localizado estos restos.
En la parte periférica sur del edificio en una zona que se consideraba era un relleno de piedras y tierra, se ha localizado restos constructivos, como es el caso de una pared y de unas bases de planta circular, cuya funcionalidad se desconoce. Se espera poder identificar su uso en posteriores campañas que se acabará de excavar la zona. También se han identificado bancales medievales, uno de ellos datados por cerámica andalusí en el siglo XII-XIII d.C., así como agujeros para sujetar postes, que de momento no se sabe su cronología, aunque se puede especular sobre algún tipo de construcción temporal del siglo XIX d.C.
En cuanto al hallazgo de elementos muebles hay que señalar que han sido poco afortunados, pues aunque numerosos, están muy destrozados. Hay cerámica ibérica a torno y a mano, cerámica del Hierro Antiguo, cerámica de importación fenicia y de la Campania italiana. Destaquemos a parte del trenzado de esparto ya mencionado, el hallazgo de un par de broches de bronce y un colgante de piedra pulida, todo ello elementos de la indumentaria ibérica. Entre la fauna señalemos la presencia en una de las estancias de varias cornamentas de cabra. En cuanto a la fauna marina hay restos de espinas e indudablemente abundantes conchas, siendo las más numerosas las de pechina, posiblemente utilizadas como ornamento arquitectónico. También hay bigaros y caixetes, entre otros moluscos marinos y terrestres. Se ha localizado también granos de cereal, posiblemente trigo y cebada, así como restos de diferentes especies vegetales.
De nuevo se han localizado restos humanos de recién nacido, pero en esta ocasión estaban removidos, por lo que desconocemos su disposición original, la cual se puede ver en los hallazgos de anteriores campañas. La abundancia de molinos localizada vuelve a reiterar la existencia de una actividad de molienda de cereales entre las variadas funciones que se realizaron en el interior del edificio.
Para próximas campañas está prevista la excavación de los niveles del Hierro Antiguo existentes en dos de las estancias, así como terminar la zona periférica sur iniciada en esta campaña. Con ello quedaría concluido el proyecto de excavación del edificio que el Servicio de Investigaciones Arqueológicas y Prehistóricas de la Diputación de Castellón, con el apoyo del ayuntamiento vinarocense, viene desarrollando desde 2013, y que es una continuación del que se realizó entre 1985 y 1991.
De nuevo los trabajos arqueológicos vuelven a reiterar la importancia arquitectónica del yacimiento y una conservación espectacular que hacen de él prácticamente un caso único en la arqueología Ibérica, lo que hace más acuciante la necesidad de proceder a su conservación y su aprovechamiento social como recurso turístico y pedagógico, que no deja de ser a su vez un recurso económico más para Vinaròs.
2019
En la campaña de excavación del presente año que se ha desarrollado entre el 1 y el 19 de julio, se ha sacado a la luz una amplia extensión del edificio del siglo VI a.C. que conforma el yacimiento. Debido a la inestabilidad de los muros que se van localizando se ha preferido no pasar de los niveles de esta sexta centuria para no dejar el muro completamente descubierto con el peligro de derrumbe, tal y como ha ocurrido en la zona excavada el año pasado. Por tanto, la excavación de los niveles más antiguos del yacimiento se dejan para cuando se encuentren las estructuras consolidadas y no ponga en riesgo la conservación general del yacimiento.
El abrir la excavación en extensión ha permitido conocer mejor como se estructura el edificio, lo que ha ayudado mucho también la localización de la entrada al edificio. El espacio de acceso daba paso a un gran departamento del que tan solo se ha excavado una pequeña parte y a un pasillo a través del cual se llegaba al resto de dependencias.
En cuanto a los materiales, las cerámicas localizadas han sido muy variadas, aunque hay que indicar también que muy fragmentadas. Como es de esperar se han encontrado cerámicas ibéricas a torno, cerámicas a mano, las cerámicas de importación fenicias, y unos pequeños fragmentos de cerámica proveniente de la actual Turquía, cerámica jónica del siglo VI a.C. Ello juntamente con las cerámicas del Mediterráneo central localizadas en otras campañas, muestra que el asentamiento recibe mercancías de prácticamente todo el Mediterráneo, por tanto sería un importante centro relacionado con el comercio marítimo.
Otro hallazgo de gran interés ha sido la localización de dos collares rígidos de bronce, del tipo denominados torque, collares que estaban en el único nivel excavado del siglo VII a.C. De metal se han encontrado varios fragmentos pero ninguno de ellos podemos relacionarlo con elementos de la indumentaria o con herramientas, debido a que son pequeños trozos sin una forma determinada que dé pistas al respecto, posiblemente hayan fragmentos de pulsera. En hueso, punzones y espátulas son los utensilios identificados. A todo ello hay que añadir los restos de fauna, tanto marítima como terrestre, así como granos de cereal que se encontraban dentro de una vasija hecha a mano. El hallazgo de material lo completan los elementos realizados en piedra entre los que destacan molinos, molenderas y contrapesos.
También en esta campaña se han identificado varios rituales, como es el caso de tres enterramientos de recién nacidos. Enterramientos que se hacían en los pavimentos de las casas.
Una vez más la presencia de conchas depositadas en lugares concretos, como es la base de una columna, indican que nos encontramos ante un depósito ritual de carácter propiciatorio y de fecundidad.
Hay que añadir también el hallazgo de materiales de construcción como son enlucidos y adobes, lo que reitera de nuevo la importancia del barro en el momento de la construcción del edificio. Dentro de la arquitectura señalemos la identificación en la mayoría de las dependencias excavadas de pavimentos de tierra, superficie sobre la que se desarrollaba la actividad realizada en las dependencias hace dos milenios y medio. Sobre este pavimento se han localizado varias bases de las columnas que sustentaban el techo de la dependencia. También sobre ellos se han encontrado varios hogares que han sido motivo de una depurada excavación para conocer como estaban realizados.
La existencia de escaleras indica que el edificio podría tener al menos dos alturas, hecho que corrobora también el hallazgo de un hogar localizado en un nivel de derrumbe y que provenía de la planta superior.
Si importantes han sido los hallazgos de elementos muebles como son las vasijas o los utensilios metálicos, subrayemos que ha sido la arquitectura la verdadera protagonista de la excavación, pues los niveles de conservación de los muros hacen del yacimiento un caso extraordinario dentro de la arqueología de la Cultura Ibérica.
No obstante, esta perfecta conservación del edificio pone en peligro su continuidad, ya que si no se realizan obras de consolidación y adecuación, en poco tiempo el yacimiento se puede convertir en un montón de piedras.
A partir de la finalización de los trabajos de campo se inician los trabajos de inventario, clasificación y estudio de los diferentes elementos recuperados. Los estudios permitirán conocer mejor la vida de los iberos en el siglo VI a.C., pues a través de sus restos conocemos la economía, las creencias, la sociedad y el entorno natural en el que se desarrollaba la vida de la amplia familia que habitó este espacio entre el siglo VII y V a.C.
Arturo Oliver
2018
Entre el 2 y el 21 de julio se ha desarrollado la sexta campaña de excavaciones en el yacimiento arqueológico del Puig de la Misericordia de Vinaròs. Excavaciones que entran dentro del programa del Servicio de Investigaciones Arqueológicas y Prehistóricas de la Diputación de Castellón, y que cuentan con el apoyo económico del Ayuntamiento de Vinaròs.
En la campaña del presente año han participado alumnos y voluntarios provenientes de la Universidad de Valencia, la Universidad de Barcelona y la Universidad de Castellón, así como de los institutos de enseñanza secundaria de la localidad, además de los peones.
Durante los veinte días que han durado los trabajos se han excavado tres recintos, y se han preparado otros para próximas campañas. Cabe destacar la excavación del recinto 15 de donde se ha sacado una abundante información debido a la gran cantidad de material recuperado. Ello ha sido debido a que este recinto sufrió un fuerte incendio, lo que ocasionó que se quedasen en su lugar todos los materiales que se encontraban en el recinto en el momento del incendio, materiales que han sido recuperados 2600 años después. Así podemos destacar las abundantes vasijas a mano, muchas de ellas completas, también cerámicas a torno provenientes del comercio fenicio. Han sido abundantes también los materiales de bronce y de hierro, y también el caso de los elementos orgánicos, como son los granos de cereales y carbones provenientes de las maderas de la construcción, lo que permitirá conocer que especies se cultivaban y los árboles que había en el entorno de este asentamiento.
Pero si ha sido importante el hallazgo de los elementos muebles, más aún lo ha sido el de los elementos arquitectónicos, como es el caso de los enlucidos y pavimentos y bancos de trabajo y vasares, que aún se encuentran en su lugar de origen. También restos de adobes y de pavimentos de la planta superior y de la techumbre. El hallazgo de un hogar y un horno muy bien conservado han sido otras de las sorpresas que ha aportado la excavación, todo ello juntamente con la perfecta conservación del edificio con unas paredes que alcanzan los 2’50 m. de altura, y que en algunos casos como hemos comentado se encuentran enlucidas, permitirá hacer un estudio pormenorizado del recinto. Se trata de un recinto de 20 metros cuadrados que presentaba un altillo en su parte noroeste y que sirvió para almacenar grano y seguramente para la realización de trabajos que aún se encuentran por determinar. Este recinto tiene una cronología que se puede situar provisionalmente entre la segunda mitad del siglo VII a.C. y el inicio del siglo VI a.C., es decir un momento cultural de la Edad del Hierro Antiguo.
En otro recinto se ha excavado un recinto a la que se accedía con dos escalones, y que tenía un estrecho pasillo que daba acceso a otro recinto que fue excavado en campañas anteriores. El recinto presentaba un banco corrido de mampostería junto a su pared noroeste. Por debajo del nivel de esta construcción, que se puede situar durante la segunda mitad del siglo VI a.C., se han encontrado niveles, uno de ellos con un hogar, que se pueden datar en el siglo VII a.C.
El tercer recinto excavado presentaba un gran hogar del siglo VI a.C., pero también por debajo de él se han localizado niveles de ocupación del siglo anterior. Ambos recintos han sido datados por las cerámicas ibéricas a torno, las primeras cerámicas locales realizadas con esta técnica alfarera, con unas producciones que caracterizarán las vasijas ibéricas a lo largo de 500 años.
En los recintos excavados para prepararlos de cara a próximas campañas se han identificado también interesantes elementos constructivos, como es el caso de escaleras, y también rituales como es el caso del depósito de losa restos de varios recién nacidos.
A partir de ahora, y a lo largo de los próximos meses se procederá a la limpieza, restauración y estudio de los diferentes materiales localizados en los trabajos de campo, y al estudio de todos los datos obtenidos, datos que han sido abundantes en cantidad y calidad. Ello permitirá conocer más aún el singular asentamiento protohistórico del Puig de la Misericordia de Vinaròs, yacimiento que tanto como avanzan las diferentes campañas de excavación confirma y supera las expectativas que se habían puesto en él, siendo especialmente destacable la buena conservación de las estructuras arquitectónicas y de los materiales, lo que unido a sus características funcionales de una residencia fortificada de la élite social, hacen de él uno de los yacimientos arqueológicos de mayor interés de la etapa preibérica e ibérica.
2017
Finalizada la campaña de excavación en el Puig de la Misericòrdia realizada dentro del convenio establecido entre la Diputación y el Ayuntamiento, podemos considerar que se han alcanzado los objetivos que se habían propuesta al inicio de la campaña.
Se ha excavado la zona noroeste de la fortificación, sacando a la luz la parte superior de la muralla y dos espacios adjuntos a ella. El espacio 16000 corresponde presumiblemente a una zona de almacenaje y elaboración de comida tal y como indica la estrechez del ámbito y el tipo de vasijas localizadas, así como el horno, del cual se ha excavado más de la mitad de él, ya que el resto se encuentra en otro espacio vecino. Hay que indicar que del horno se han recogido muestras para la realización de dataciones paleomagnéticas, dataciones que se realizan por el equipo de la facultad de física de la Universidad Complutense de Madrid dirigido por la catedrática de física de la tierra Dª María Luisa Osete.
Así pues, el Puig de la Misericòrdia se suma a los escasos yacimientos de la península Ibérica en los que se ha realizado este tipo de técnica de datación.
Entre las vasijas localizadas destacan tres piezas que prácticamente se encuentran completas, y que serán restauradas durante los próximos meses, y esperamos se puedan presentar en la próxima primavera. Aunque ha sido un pequeño fragmento destaquemos la identificación de un trozo de cerámica fenicia de barniz rojo, un tipo de vasija que aunque es habitual en las factorías fenicias del sur peninsular, no se suele encontrar a latitudes que superen el sureste. También es de interés la parte inferior de una vasija dentro de la cual se localizo una concha marina.
Una novedad de la campaña ha sido la identificación de los restos de un momento anterior al edificio fortificado, momento que corresponde según las cerámicas localizadas, acanaladas, al Bronce Final, y que esperamos poder tener los resultados de las dataciones de C14 a finales del mes de agosto, ya que se recogieron restos de carbón junto a estas vasijas acanaladas, que corroborarán la datación relativa de las piezas.
Así pues, este nivel que se localiza por encima de la roca natural y que se encuentra muy destruido por la construcción del edificio, sería la primera ocupación de la cima de la colina, ocupación que situaría al asentamiento en un momento del siglo IX-VIII a.C., cuando hasta esta campaña se consideraba una datación inicial de la segunda mitad del siglo VII a.C.
En cuanto a los niveles del siglo VI a.C. destaquemos el hallazgo de un depósito de carácter ritual consistente en un cuarto de ternera, depósito que estaría relacionado con una de las reformas que se hicieron a lo largo de esta sexta centuria. También posiblemente de carácter ritual sea el depósito de dos piezas de piedra pulimentada localizadas en un agujero de una de las paredes.
Se ha realizado también una cata en la ladera oeste, cercana a la que se hizo el año pasado, la cual ha proporcionado cerámica indígena a mano, así como algunos fragmento de cerámica fenicia, por lo que podría corresponder a un momento cultural del Hierro Antiguo.
Durante los trabajos se han recogidos sedimentos para trabajar en el laboratorio y poder identificar restos de vegetales, y así conocer los cultivos que habían y la vegetación silvestre. También se han recogido los restos de fauna, que una vez analizados indicarán que especies de animales, ya sean domésticas o salvajes, se encontraban en el entorno del asentamiento.
En cuanto a las construcciones hay que indicar que la conservación es muy buena, ya que se han localizado estructuras que superan los dos metros de altura, hecho extraño en los yacimientos de la época, ello permitirá una puesta en valor de gran interés y que el yacimiento se oferte como un gran monumento de la Antigüedad.
De momento el interés tanto de los vinarocenses como de gente venida de fuera ha quedado patente en la gran afluencia de visitantes que han pasado durante los días que se han realizado las excavaciones, visitantes que han encontrado en los paneles instalados y en la página web (castellonarqueológico.es) un gran apoyo informativo. Hay que destacar que el Puig de la Misericòrdia se encuentra dentro de la ruta cultura de los fenicios que promueve el Consejo de Europa.
Por tanto la campaña permite conocer una evolución del asentamiento que se iniciaría durante el Bronce Final (siglos IX-VIII a.C.) seguramente con algún tipo de hábitat de cabañas, continuaría con la construcción fortificada del siglo VII a.C., perteneciente al Hierro Antiguo. La fortificación sería muy reformada durante el siglo VI a.C. en un momento del Ibérico antiguo.
En la excavación han participado estudiantes provenientes tanto de Vinaròs y Benicarló como de otras poblaciones, todos ellos alumnos de las universidades de Castellón, Valencia y Barcelona.
2016
Tras las tres semanas de trabajo se ha dado por finalizada la campaña de excavación del presenté año.
Una campaña de gran interés debido a los buenos resultados que ha proporcionado, pues han superado las perspectivas iníciales.
Así se ha localizado una estratigrafía que supera los dos metros y medio, cuando se consideraba que podía alcanzar un máximo de metro y medio. Ello ha impedido que no se haya podido excavar hasta el final, por lo que se ha dejado la excavación del nivel de ocupación de la primera fase del asentamiento para el próximo año.
Por otra parte hay que indicar que la excavación ha proporcionado un buen número de restos de diferente tipo, que tras su estudio permitirá saber qué función tenía el departamento excavado, aunque todo parece indicar que la actividad que se realizaba en el esta en relación con la transformación y almacenaje de productos agrícolas.
Todo ello obligara a replantear para un futuro inmediato los trabajos de excavación que dada la singularidad del yacimiento deberían replantearse.
Además de la excavación en la fortificación se ha procedido a la realización de un sondeo de prospección en la ladera oeste, cerca de la carretera de acceso a la ermita,
sondeo que ha dado como resultado la identificación de estructuras arquitectónicas que indican la gran extensión que tiene el asentamiento ibérico, aunque debido a la falta de cerámicas no se han
podido datar con exactitud estas paredes.
Con lo que estamos también en unas hipótesis de tamaño e importancia muy superiores a las que hasta este momento se barajaban.
Tal y como se propuso en el proyecto inicial de campaña los trabajos se centraron en la zona oeste del yacimiento como continuación de las dos campañas anteriores, se centró por tanto en el sistema defensivo del asentamiento.
Tras la identificación en campañas anteriores de una línea de losas hincadas a modo de campo frisio se ha procedido a excavarla en su totalidad comprobando estratigráficamente que esta línea se encuentra asentada en el mismo estrato de cimentación que la línea de muralla.
Por delante de ella se había localizado un posible foso excavado en la roca, que tras la realización de dos catas transversales a él se ha podido comprobar que es una extracción de piedras de escasa profundidad, extracción que creó un espacio hundido pero que no podemos considerarlo foso, o al menos no llego a completarse. Las extracciones de piedra que se localizan delante de las murallas suelen terminar haciendo las funciones de foso de la fortificación.
Esta hondonada se rellenaría posteriormente con piedras, posiblemente en la fase del siglo II a.C.
También se procedió a identificar el final del muro perpendicular a la muralla y que se identifico en la campaña anterior, final que se encuentra debajo del vial de visita.
Tras la eliminación de la escalera que daba acceso al mirador se procedió a la excavación identificándose un bastión macizado con tierra, bastión que defiende la parte más accesible del asentamiento formando la esquina noroeste de esta fortificación. El bastión está construido con el mismo sistema que el resto de las paredes de la fortificación, mampostería y diferentes líneas de paredes adosadas y entrecruzadas, creando todo un cuerpo constructivo.
La excavación ha sacado a la luz la parte oeste de la fortificación del siglo VI a.C. Una compleja construcción formada por la amalgama de muros entrelazados y bastiones macizos, ya sea con la propia piedra o con tierra.
Podemos considerar que el desarrollo de la construcción de la fortificación siguió el siguiente proceso. Sobre la roca natural que presenta una extracción de piedra se construye la fortificación consistente en los muros comentados y una línea de piedras hincadas, todo ello fundamentado sobre un estrato de arcillas y cal endurecida, el mismo que rellena la torre/bastión de la esquina noroeste.
Una vez amortizada la fortificación y después de 300 años se tapa con piedras el foso que dejó la extracción de piedras, es el momento que se construye la edificación que se excavó en 1991 y que se encontraba en el mirador.
Por otra parte en esta campaña se han identificado una serie de construcciones en superficie que resultan difíciles de datar, podrían corresponder a la última fase de la ocupación ibérica, pero no hay que descartas que sean construcciones muy posteriores.
Así pues nos encontramos con la fachada que vería la persona que se acercaba a la fortificación, una fachada en la que destacaría un gran bastión/torre en su esquina, pero también una línea de piedras hincadas que defienden la parte más vulnerable del edificio.
Habiendo excavado todo el perímetro de la fortificación y no localizarse ningún tipo de acceso habría que pensar que este se realizaría a través de rampas que incluso podrían ser desmontables en caso de acoso.
La fortificación que podemos datar dentro de la segunda mitad del siglo VI a.C. está realizada por una compleja técnica constructiva que en algunos aspectos tiene sus orígenes en el oriente mediterráneo, es el caso de la construcciones en paralelo, o las construcciones tipo casamatas, como se ve claro en el bastión/torre identificado en la presente campaña. Una técnica constructiva que seguramente llega a la Península a través de los fenicios y que desde el sur llega a esta zona de la desembocadura del río Ebro. No obstante hay que señalar que no existe nada que pueda indicar que el asentamiento está realizado por personas extranjeras, indudablemente estamos ante una técnica de construcción que tiene su origen fuera del territorio ibérico, pero que ha sido asimilado perfectamente por los constructores ibéricos y la aristocracia guerrera que está conformándose como el nuevo poder.
Con la campaña de este año se puede dar por concluida la excavación de la zona exterior de la fortificación, por lo que se planteará para los próximos años la excavación de la zona interior, teniendo en cuenta además que se ha retirado el mirador que existía en la parte superior del yacimiento lo que ya permite el planteamiento del proyecto.
La campaña de excavación finaliza con los objetivos iniciales completamente conseguidos.
Se ha excavado el pequeño baluarte que se identificó el año pasado, el cual es de similares características al existente en la parte este. Se ha localizado una estructura nueva adosada a este baluarte, la cual es una pared de medidas considerables y que se sale de la zona acotada actualmente como perímetro del yacimiento.
Por otra parte se ha identificado también el relleno del posible foso que se buscaba, el cual está muy acotado en la parte de las escaleras del mirador.
Pero es quizá la identificación de una nueva estructura defensiva consistente en piedras hincadas en la zona del propio foso y frente a la muralla el hallazgo más sorprendente, ya que se trata de un sistema que en la Cultura Ibérica tan solo se conocían dos yacimientos con este tipo de construcción, la fortificación de Els Vilars de Arbeca (Lérida) y el Cabezo de Alacalá en Azaila (Teruel), a los que ahora hemos de añadir el yacimiento vinarocense.
También se ha identificado un espacio en donde se prepararon los materiales para la construcción de la fortificación.
Los resultados de este año ahondan más en la monumentalidad del edificio del siglo VI a.C. que conforma el grueso del yacimiento, y que no dudamos será de gran vistosidad debido a su conservación una vez el yacimiento este completamente excavado por su parte exterior y aislado de otros elementos que se le superponen.
Por otra parte el material como era de esperar debido a la zona externa en donde se excavaba no es de gran interés ya que aunque se han localizado un gran número de fragmentos cerámicos, estos son de pequeño tamaño y pertenecen a todas las épocas en que el asentamiento fue ocupado.
La campaña de excavación arqueológica que se ha llevado a cabo la primera quincena del mes de julio con la participación de estudiantes de Valencia, Cantabria, León, Albacete, Madrid y Vinaròs ha alcanzado los objetivos que se havian planteado inicialmente.
La excavación es situó en dos zonas concretas, una en el lado de las escaleras de acceso al mirador de la cruz con la finalidad de ver la cimentació de la fortificación del siglo VI a.C. La otra se centró junto a la excavación que se hizo en 1987 en la parte sur del yacimiento, con el objetivo de identificar los niveles anteriores a la construcción de la fortificación mencionada.
En la primera zona aparte de poder identificar el nivel de preparación sobre el que se asienta la construcción se han podido identificar unas losas clavadas al piso que se encuentran al inicio de la fortificación formando parte del sistema defensivo.
Por otra parte se encontró un relleno de piedras que rellena una hondonada de la roca natural, lo que podría denunciar la presencia de un valle delante del muro
de la fortificación, al menos en la zona de más fácil acceso, ya que en el resto del perímetro de la fortificación no se ha encontrado este nivel de relleno.
La cata de la parte sur ha dado el desarrollo del asentamiento en los dos primeros siglos de su existencia. Sobre unos márgenes mullidos hay un nivel estéril natural del suelo, sobre el que se sitúa otro nivel correspondiente a la ocupación del lugar en el siglo VII a.C.
El nivel estaba formado por piedras y tierras de color amarillento donde se encontró restos de fogones con abundante carbón que permitirá después de los análisis correspondientes identificar el tipo de combustible vegetal utilizado para hacer el fuego, a la vez que nos indicará algunas de las especies vegetales que había en el entorno del asentamiento.
En cuanto al material cerámico, el nivel del siglo VI a.C. ofrece vasos hechos a mano que denuncian un momento cultural del hierro antiguo. Estos vasos son los autóctonos, los que hacían la gente que allí vivía. Junto a ellos los primeros vasos hechos a torno provenientes del comercio fenicio.
Aunque son fragmentos podemos relacionarlos con las ánforas que se producían en las factorías fenicias de la actual costa de Málaga. Ánforas que transportaban los productos de lujo que ofrecían en sus banquetes los jefes, es el caso de vino o salazones.
Este nivel del siglo VII a.C. a mediados del siglo siguiente es alterado para construir la fortificación, concretamente una plataforma sobre la que se construirá una singular residencia.
Los niveles correspondientes a este momento han dado cerámicas ibéricas a torno, cerámicas a mano, fragmentos de cerámica fenicia del mismo tipo que la etapa anterior, un fragmento de una copa etrusca y dos puntas de flecha de bronce.
Al nivel superficial de la cata se han identificado algunos fragmentos de cerámica ibérica del siglo II a.C., correspondientes a la última etapa de ocupación del
lugar. Un momento del que en esta ocasión no se ha encontrado ningún tipo de estructura arquitectónica.
La etapa del Ibèrico final se excavó prácticamente en su totalidad el año 1991.
El último día de l'excavació se encontraron en la esquina sudoeste unas paredes que podrían señalar una posible torre, la cual variaría la forma que se consideraba tenía la construcción del siglo VI a.C. en esta parte de la fortificación.
De momento su excavación está prevista para próximas campañas.